Entrevista a Elizabeth Palmeiro, esposa de Ramón Labañino
Por Ana Margarita González y Rafael Hojas Martínez.
Foto: Eddy Martin
“Ramón va a salir antes de cumplir su condena. Estoy convencida de eso desde que tenía la sentencia de cadena perpetua. Podrá ser por la fuerza de la solidaridad, una coyuntura política o porque el proceso legal demuestre su inocencia y la de sus cuatro hermanos. No hay fórmulas para esperar ese momento. Hemos vivido cada día y así será hasta que regrese”.
Elizabeth Palmeiro, la esposa de Ramón Labañino, asienta su optimismo en piedras angulares: el amor y la confianza hacia el hombre que estando casi siempre lejos de ella busca maneras para que permanezcan unidos. “Si me lo llegan a contar como una historia ajena digo que no hubiera podido trabajar en esa novela, en esa película; yo era demasiado dependiente de Ramón.
“Contra los Cinco se han cometido muchos errores; el solo hecho de rectificar alguno, podría resultar en la libertad inmediata. No me preparo para esta espera. Está marcada por la ocurrencia de muchos sucesos en nuestras vidas separadas, por el ajetreo de la campaña de solidaridad, por la vida pública que nos envuelve. Sacamos fuerzas para llevar nuestra situación de la mejor manera y preservarnos para el momento de la libertad.
“A todos nos es difícil hablar de problemas, imaginen cómo será para quienes denunciamos y explicamos el caso constantemente. Eso implica un daño sicológico, la batalla tiene más de 10 años. Las madres, las esposas, los hijos, los familiares más íntimos sacamos un extra para seguir. Es una carrera de resistencia: enfrentarse a violaciones, a manipulaciones, a reveses en la Corte y a la demora de las visas, que nos aleja o limita las visitas”.
El último recurso para cualquier prisionero es el hábeas corpus. El pasado mes de agosto, su abogado presentó el de Ramón, basado fundamentalmente en el descubrimiento de que un grupo de periodistas que cubrieron el juicio en Miami, formaban parte de una plantilla del gobierno de Estados Unidos y recibían pagos por su colaboración con Radio y Televisión Martí. El Comité Nacional para la Liberación de los Cinco, en Estados Unidos, ha sido muy activo en la búsqueda de las evidencias.
“El documento presentado por el abogado es enjundioso, muy profundo, Ramón está contento con su trabajo. Nosotros no nos hacemos ilusiones, y lo que más nos preocupa es Gerardo, que tiene dos cadenas perpetuas”.
Estar juntos hasta el final
Mientras transcurre el tiempo, Elizabeth se alimenta de escuchar la voz de Ramón, y leer sus poemas. “El último se llama Tu voz. Nos pasamos cuatro días sin hablar porque se le acabaron los minutos, y cuando me escuchó dijo que era como haber llegado al paraíso. Es un poema que le salió del alma. Tengo guardados más de mil, son como si los sudara, como si le salieran flores de la piel”.
Sus encuentros son una fuente de energía. Por primera vez, ella se dio una escapada sola. “Las niñas lo absorben, pasan todo el tiempo revoloteando alrededor de él y no dan tiempo a nada, cuando eran chiquitas no me gustaba privar a Ramón de esa posibilidad. Lo visité en marzo y fue una oportunidad de funcionar, aun en las difíciles condiciones de la prisión, como una familia.
“La parte más larga de cada visita es la de hacer planes, proyectamos vacaciones, el posible trabajo que Ramón hará a su regreso, lo que haremos cuando ya estemos juntos, pero cambian porque todos los años hay cosas que no se pueden hacer.
“Lo único que no cambia es estar juntos hasta el final. Le digo a él que la cadena perpetua que va a cumplir después será conmigo. Nuestra hija Laura dijo una vez que cuando viniera no lo iban a dejar salir más”.
La política es silenciar el caso
De la solidaridad, un tema que provoca agradecimiento en Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando, René y en cada uno de sus familiares, Elizabeth considera que los amigos han hecho de todo, llegan a los parlamentos, a los medios de prensa, envían cartas a sus cancilleres, a Obama, e invitan a los familiares a recorrer sus países para difundir la causa.
“Debemos intensificar las demandas, abrirnos a otros sectores no tradicionales de solidaridad hacia la Revolución cubana porque este asunto, independientemente de la filiación política o religiosa, llega al corazón. La ética, la decencia, el humanismo hacen que todos coincidan en que es una injusticia. A partir de ahí la gente expresa disposición a participar y ayudar.
“Es difícil porque nos enfrentamos a los dueños de los medios de prensa en el mundo, a quienes dictan la política sobre qué se puede saber y qué no. El pueblo de Estados Unidos es privilegiado al contar con toda la tecnología y los grandes medios de prensa, pero es el más desinformado: solo conoce lo que le conviene a esa élite de poder.
“En nombre de la lucha contra el terrorismo, ese gobierno ha matado a millones de inocentes, ha cometido actos ilegales; apadrina a terroristas confesos que se vanaglorian de cuanto han hecho. Bosch, hasta su muerte, y Posada, con frecuencia, son homenajeados por sus actos; otros personajillos están libres, cuentan sus historias y no sucede nada.
“Recuerdo el discurso de Fidel en la despedida de las víctimas del crimen de Barbados, un hecho que marcó el dolor en muchas familias y en el pueblo cubano. Actos como esos inspiraron a toda una generación que dio hombres como los Cinco. Nos educamos en la necesidad de defendernos porque nos hacen daño, por tanto eres capaz de dejarlo todo por defender a tu pueblo”.
A pesar de eso, hay periodistas de la “gran prensa” que hacen entrevistas a los familiares de los Cinco. “The New York Times, The Washington Post y otros medios importantes en países que hemos visitado, casi nunca publican nuestras declaraciones; algunas veces los sentimos apenados porque no pudieron colocarla, se dan cuenta de la injusticia. La política es silenciar el caso.
“Si los peores criminales del mundo reciben visitas, incluso en el corredor de la muerte, ¿qué justifica que una mujer no pueda ver a su esposo, una madre esté más de un año sin visitar al hijo, que a un niño le demoren la visa para ver a su padre en prisión?
“La visita es uno de los más elementales derechos de un prisionero, pero el gobierno norteamericano apostó por destruir a los Cinco desde el principio. Una vía es separarlos de sus familias, ya que ellos pusieron por encima el amor a la Patria, a su pueblo, a la Revolución.
“Si de verdad nuestros familiares son tan peligrosos, merecen esas condenas y estar en las condiciones que tienen en las cárceles, ¿por qué la prensa norteamericana no habla de eso? Los amigos que fueron encarcelados o lucharon por la libertad de presos políticos durante las dictaduras militares en Argentina, Chile, Paraguay, nunca tuvieron que batallar para que les dieran permiso para verlos en las prisiones”.
La salida de René ha provocado mucha ansiedad y preocupación por su integridad física. “René no debería quedarse en Estados Unidos, corre más peligro; en la prisión ganó respeto, no tenía enemigos, pero en las calles de Miami hay personas que quisieran ajustar cuentas con él porque consideran que les hizo daño en su labor macabra contra la Revolución. Confiamos en que se pueda lograr un cambio en esa situación”.
Entre los familiares de los Cinco ha calado hondo el cariño y la amistad. “En las buenas todos se quieren, pero en las difíciles se prueban la hermandad y el amor. Todo hubiera sido más difícil para mí sin Olguita, sin Adriana, sin Rosi; con ellas puedo compartir sentimientos, somos una familia. A las madres les tengo gran aprecio, por su dulzura y resistencia.
TU VOZ
Mi amor, en este jueves, 13 de octubre, de 2011
Acabo de oír tu voz
Y ya el mundo es diferente
Vuelven los pájaros a volar
Y las nubes a ser más tenues,
El brillo del sol se sube
Entre las montañas verdes
Como el pico de la ternura
Entre rubíes y suertes…
Todo tiene su rumbo
Que marcha felizmente
Vuelve el mundo a andar
Porque yo soy un hombre de suerte
Acabo de oír tu voz
Y ya el mundo es diferente.
Por Ana Margarita González y Rafael Hojas Martínez.
Foto: Eddy Martin
“Ramón va a salir antes de cumplir su condena. Estoy convencida de eso desde que tenía la sentencia de cadena perpetua. Podrá ser por la fuerza de la solidaridad, una coyuntura política o porque el proceso legal demuestre su inocencia y la de sus cuatro hermanos. No hay fórmulas para esperar ese momento. Hemos vivido cada día y así será hasta que regrese”.
Elizabeth Palmeiro, la esposa de Ramón Labañino, asienta su optimismo en piedras angulares: el amor y la confianza hacia el hombre que estando casi siempre lejos de ella busca maneras para que permanezcan unidos. “Si me lo llegan a contar como una historia ajena digo que no hubiera podido trabajar en esa novela, en esa película; yo era demasiado dependiente de Ramón.
“Contra los Cinco se han cometido muchos errores; el solo hecho de rectificar alguno, podría resultar en la libertad inmediata. No me preparo para esta espera. Está marcada por la ocurrencia de muchos sucesos en nuestras vidas separadas, por el ajetreo de la campaña de solidaridad, por la vida pública que nos envuelve. Sacamos fuerzas para llevar nuestra situación de la mejor manera y preservarnos para el momento de la libertad.
“A todos nos es difícil hablar de problemas, imaginen cómo será para quienes denunciamos y explicamos el caso constantemente. Eso implica un daño sicológico, la batalla tiene más de 10 años. Las madres, las esposas, los hijos, los familiares más íntimos sacamos un extra para seguir. Es una carrera de resistencia: enfrentarse a violaciones, a manipulaciones, a reveses en la Corte y a la demora de las visas, que nos aleja o limita las visitas”.
El último recurso para cualquier prisionero es el hábeas corpus. El pasado mes de agosto, su abogado presentó el de Ramón, basado fundamentalmente en el descubrimiento de que un grupo de periodistas que cubrieron el juicio en Miami, formaban parte de una plantilla del gobierno de Estados Unidos y recibían pagos por su colaboración con Radio y Televisión Martí. El Comité Nacional para la Liberación de los Cinco, en Estados Unidos, ha sido muy activo en la búsqueda de las evidencias.
“El documento presentado por el abogado es enjundioso, muy profundo, Ramón está contento con su trabajo. Nosotros no nos hacemos ilusiones, y lo que más nos preocupa es Gerardo, que tiene dos cadenas perpetuas”.
Estar juntos hasta el final
Mientras transcurre el tiempo, Elizabeth se alimenta de escuchar la voz de Ramón, y leer sus poemas. “El último se llama Tu voz. Nos pasamos cuatro días sin hablar porque se le acabaron los minutos, y cuando me escuchó dijo que era como haber llegado al paraíso. Es un poema que le salió del alma. Tengo guardados más de mil, son como si los sudara, como si le salieran flores de la piel”.
Sus encuentros son una fuente de energía. Por primera vez, ella se dio una escapada sola. “Las niñas lo absorben, pasan todo el tiempo revoloteando alrededor de él y no dan tiempo a nada, cuando eran chiquitas no me gustaba privar a Ramón de esa posibilidad. Lo visité en marzo y fue una oportunidad de funcionar, aun en las difíciles condiciones de la prisión, como una familia.
“La parte más larga de cada visita es la de hacer planes, proyectamos vacaciones, el posible trabajo que Ramón hará a su regreso, lo que haremos cuando ya estemos juntos, pero cambian porque todos los años hay cosas que no se pueden hacer.
“Lo único que no cambia es estar juntos hasta el final. Le digo a él que la cadena perpetua que va a cumplir después será conmigo. Nuestra hija Laura dijo una vez que cuando viniera no lo iban a dejar salir más”.
La política es silenciar el caso
De la solidaridad, un tema que provoca agradecimiento en Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando, René y en cada uno de sus familiares, Elizabeth considera que los amigos han hecho de todo, llegan a los parlamentos, a los medios de prensa, envían cartas a sus cancilleres, a Obama, e invitan a los familiares a recorrer sus países para difundir la causa.
“Debemos intensificar las demandas, abrirnos a otros sectores no tradicionales de solidaridad hacia la Revolución cubana porque este asunto, independientemente de la filiación política o religiosa, llega al corazón. La ética, la decencia, el humanismo hacen que todos coincidan en que es una injusticia. A partir de ahí la gente expresa disposición a participar y ayudar.
“Es difícil porque nos enfrentamos a los dueños de los medios de prensa en el mundo, a quienes dictan la política sobre qué se puede saber y qué no. El pueblo de Estados Unidos es privilegiado al contar con toda la tecnología y los grandes medios de prensa, pero es el más desinformado: solo conoce lo que le conviene a esa élite de poder.
“En nombre de la lucha contra el terrorismo, ese gobierno ha matado a millones de inocentes, ha cometido actos ilegales; apadrina a terroristas confesos que se vanaglorian de cuanto han hecho. Bosch, hasta su muerte, y Posada, con frecuencia, son homenajeados por sus actos; otros personajillos están libres, cuentan sus historias y no sucede nada.
“Recuerdo el discurso de Fidel en la despedida de las víctimas del crimen de Barbados, un hecho que marcó el dolor en muchas familias y en el pueblo cubano. Actos como esos inspiraron a toda una generación que dio hombres como los Cinco. Nos educamos en la necesidad de defendernos porque nos hacen daño, por tanto eres capaz de dejarlo todo por defender a tu pueblo”.
A pesar de eso, hay periodistas de la “gran prensa” que hacen entrevistas a los familiares de los Cinco. “The New York Times, The Washington Post y otros medios importantes en países que hemos visitado, casi nunca publican nuestras declaraciones; algunas veces los sentimos apenados porque no pudieron colocarla, se dan cuenta de la injusticia. La política es silenciar el caso.
“Si los peores criminales del mundo reciben visitas, incluso en el corredor de la muerte, ¿qué justifica que una mujer no pueda ver a su esposo, una madre esté más de un año sin visitar al hijo, que a un niño le demoren la visa para ver a su padre en prisión?
“La visita es uno de los más elementales derechos de un prisionero, pero el gobierno norteamericano apostó por destruir a los Cinco desde el principio. Una vía es separarlos de sus familias, ya que ellos pusieron por encima el amor a la Patria, a su pueblo, a la Revolución.
“Si de verdad nuestros familiares son tan peligrosos, merecen esas condenas y estar en las condiciones que tienen en las cárceles, ¿por qué la prensa norteamericana no habla de eso? Los amigos que fueron encarcelados o lucharon por la libertad de presos políticos durante las dictaduras militares en Argentina, Chile, Paraguay, nunca tuvieron que batallar para que les dieran permiso para verlos en las prisiones”.
La salida de René ha provocado mucha ansiedad y preocupación por su integridad física. “René no debería quedarse en Estados Unidos, corre más peligro; en la prisión ganó respeto, no tenía enemigos, pero en las calles de Miami hay personas que quisieran ajustar cuentas con él porque consideran que les hizo daño en su labor macabra contra la Revolución. Confiamos en que se pueda lograr un cambio en esa situación”.
Entre los familiares de los Cinco ha calado hondo el cariño y la amistad. “En las buenas todos se quieren, pero en las difíciles se prueban la hermandad y el amor. Todo hubiera sido más difícil para mí sin Olguita, sin Adriana, sin Rosi; con ellas puedo compartir sentimientos, somos una familia. A las madres les tengo gran aprecio, por su dulzura y resistencia.
TU VOZ
Mi amor, en este jueves, 13 de octubre, de 2011
Acabo de oír tu voz
Y ya el mundo es diferente
Vuelven los pájaros a volar
Y las nubes a ser más tenues,
El brillo del sol se sube
Entre las montañas verdes
Como el pico de la ternura
Entre rubíes y suertes…
Todo tiene su rumbo
Que marcha felizmente
Vuelve el mundo a andar
Porque yo soy un hombre de suerte
Acabo de oír tu voz
Y ya el mundo es diferente.
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