domingo, 29 de enero de 2012

Poemas de Gerardo, Fernando y Antonio a sus madres; desde su cruel e injusto encierro en cárceles de los Estados Unidos en más de 12 años. 2010

Gerardo a su madre Carmen
"Todo el universo"
Te escribiré un poema que alcance el universo,
Y aun temo sea pequeño para alabar tu amor.
Llevará mil palabras apreciando tus besos,
Aquellos que sanaron mis llagas de dolor.
Intentaré expresarte cuánto amor te profeso,
Amor que me ilumina y protege la razón,
Y como por el mundo cabalgo siempre ileso,
Pues parte de mi vida está en tu corazón.
Te diré cuánto aprecio tus años de desvelo,
Tu silencio infinito y tu inmenso valor,
Y sabrás cómo ansío regresar a tu suelo,
Renacer en tus brazos y sentir tu calor.
Te llegará con lágrimas de pasión y alegría,
Porque oculto en mi pecho aguardará el regreso,
Y cuánto yo quisiera, mientras llega ese día,
Que tú pudieras, Madre, leer estos versos.
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Fernando a su madre Magalis
"Mamina"
Magali, mi madre, ha sido siempre para mí una fuente de ternura,
de cuidados cuando lo hemos necesitado, de cariño,
de consejos avalados por la experiencia y de permanente
preocupación por nuestro bienestar y futuro.
Esa ternura, no obstante su infinito amor materno,
ha sido siempre acompañada de una educación estricta y de una moral
de trabajo y un ejemplo de entrega al pueblo y a la Revolución.
En mi madre siempre he visto unida a la mujer,
madre y revolucionaria cubana.
Me admira su valor, coraje y dignidad,
su espíritu inquebrantable,
que acompaña con las naturales manifestaciones de ternura maternal.
En un día como este,
especialmente se merece que le diga:
¡Felicidades mamina!
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Antonio a su madre Mirta
FLOR Y AMIGA
Llamarte por tu nombre, flor y amiga.
Tus manos hacen mundo cada día.
Mujer deshabitada, rebeldía
Para hacer que el amor arribe y siga.
Lágrima del frutal y de la espiga
Que solemne se llena de alegría.
Isla dinámica en la geografía
De donde el corazón la paz obliga.
Tu nombre es una inmensa desnudez
De luz y vida. Sin ti la lucidez
No podría encontrar lo más sublime.
Donde yo te menciono hay valentía,
Y al hacerlo, tú evitas se lastime
Mi paz y mi entereza, madre mía

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